miércoles, 18 de febrero de 2009

3ª Sonanza






Copyright RAÚL BARCELOS





Puro deseo
He amado demasiado poco en mi juventud Barcelos. He de admitir que hay un cierto número de excepciones deliciosas, y una o dos platónicas. De más está decir que en esta cuenta no se encuentran los hombres nuevos, aquellos que reemplazan sus lazos de familia; de todas maneras tienen demasiado manchado el honor de su mujer.
Los altibajos de mi voluntad me molestaban sobre todo frente a ellos; las inseguridades de mujer, las impaciencias o los temores, los hubiera sobrellevado sin esfuerzo, pero se volvían desproporcionados tan pronto me veía forzada a ocultarlos o peor aún, confesarlos.
Me encuentro gimiendo débilmente entre el silencio de mi habitación y la pantalla del ordenador que dice: puro deseo. Antes siempre me sentía responsable de lo que mi belleza podía desatar; me encontraba encerrada en las evidencias de mis sentidos; ahora me pesa demasiado el vigoroso Hermes.
He de admitir que en el sexo ya nada me inspira nostalgia, ni vana meditación sobre la brevedad de la vida. Nunca cambiaría la pasión por amistad. Dejaría partir a mi amor como un recuerdo compañero con sus locuras y apasionamientos, al fin y al cabo sólo me indujeron nuevas locuras.
¿ Dónde se sitúa el exceso?

Nandy

miércoles, 11 de febrero de 2009

2ª Soñanza



Copyright RAÚL BARCELOS


Cuando llegue a casa me quitaré los zapatos
Porque deben ser usados sólo cuando sea absolutamente necesario.
Lo haré en honor de todos los pasos que anduve; y de todas las cagaditas que pisé.
Me quedaré descalza, sin artificios de piel a 200 euros, para que el suelo pueda ver aumentados mis defectos. Dos; si simplifico.
Me pregunto cuántas veces seguimos nuestros pasos; cuántas veces retrocedemos o nos tropezamos en la misma puñetera piedra, bien colocadita ahí, pequeña o grande como un enanito del bosque: aijó, aijó, na na y demás.
Si fuéramos descalzos, como un bosquimano, recordaríamos el más mínimo y ridículo golpe, aunque fuera en el más mínimo y ridículo dedo del pié izquierdo. Y lo recordaríamos, porque hasta en ese penúltimo escalón de la evolución, una hostia, duele.
Así que cuando llegue a casa me quitaré los zapatos. No antes, no sea que pise alguna cagadita.
Nandy

1ª Soñanza


Copyright RAÚL BARCELOS


Esta soy yo.
Sinceramente no recuerdo dónde me encontraste. Ni siquiera recuerdo lo primero que te dije.
Vienes como siempre con una idea en la cabeza, la sueltas, y una no puede más que decir: ¡qué cabrón! ya me la ha “colao”.
Quieres que te cuente sobre lo que ves, y que escriba sobre lo que sueñas. Que no me aguante la lágrima ni me muerda la lengua. Que me muestre desnuda como en un peep show.
Quieres que sea yo.
Pues no lo voy a ser. Voy a ser esa que tú has creado. O no.
Eres un cabronazo, creo que me la has vuelto a colar.
Ésta soy yo, según Barcelos.
Nandy